lunes, 10 de junio de 2019

La Atlántida

Desde tiempos muy remotos, la inmensidad del mar ha inspirado en el ser humano una gran cantidad de sentimientos encontrados. En épocas antiguas, cuando la gente apenas viajaba por no tener los medios para ello; y sólo quienes vivían cerca del mar, o de algún río grande, sabían nadar, el mar simbolizada la aventura, lo desconocido y la libertad. No eran pocos los que se embarcaban para viajar lejos en busca de una vida mejor, y antiguamente, un viaje largo por mar era una experiencia dura y llena de peligros, apta solo para los más valientes por la aventura que se les avecinaba. Es por eso que el mar también simbolizaba el peligro, y estaba lleno de misterios por resolver. ¿Hacía donde llevaban sus profundidades? ¿Qué clase de criaturas extrañas habitaban en sus aguas? ¿Podía el mar contarnos algo sobre el origen de la vida en la Tierra? Hoy algunas de esas  preguntas han obtenido respuesta, pero sin embargo se estima que tan sólo se ha explorado un 5% del océano, así que podemos decir que es un mundo casi desconocido.
El mar produce una enorme fascinación en nosotros puesto a que guarda muchos de sus misterios primordiales, que no hemos podido desvelar. Hay una frase que dice que sabemos más sobre la superficie de la luna que de nuestros propios océanos y es muy cierta al igual que el hecho de que doce hombres han puesto el pie en la superficie de nuestro satélite mientras que tan sólo tres han llegado a la Fosa de las Marianas, la parte más profunda de nuestros mares. 
Existen infinidad de misterios ocultos bajo las profundas aguas del mar y uno de ellos que ha cautivado la imaginación del ser humano desde la Antigüedad, ese es el de la Atlántida, en el cual nos enfocaremos en esta entrada. El mito habla de un supuesto sexto continente, que se habría situado en el Atlántico sur, entre las costas de África y América del sur.
Imagen relacionada Dicho continente habría estado habitado por una civilización brillante, pacífica y muy avanzada. Y sin embargo, habría desaparecido, barrida de la faz de la Tierra por algún tipo de cataclismo, probablemente, un volcán o un tsunami. Uno de los primeros en hablar de esta supuesta civilización perdida es el mismísimo 
Platón, el filosofo griego en torno al año 360 a. C quien supuestamente, dió una descripción de como habría sido este continente antes de su hundimiento. Desde entonces, son muchos los que lo han buscado, algunos en plan de cazadores de mitos, o por afán de aventura, y otros desde la investigación más seria. Algunos dicen que, al hundirse la Atlántida, los supervivientes se desperdigaron por el mundo. Sus descendientes podían ser los mismísimos Mayas, o los Guanches  

¿Existió realmente Atlantis?

Es complicado responder a esta pregunta, pues si bien nuestros documentos no brindan ninguna referencia a este reino, su supuesta antigüedad indicaría que las fuentes de que disponemos no son viables para encontrar esta información. Sin embargo, algo sí sabemos y es que de acuerdo con la tectónica de placas, es imposible que un continente del tamaño descrito por Platón (“más grande que Libia y Asia juntas”) haya existido entre Norteamérica y Europa. Incluso islas considerablemente más pequeñas, del tamaño del subcontinente indio, habrían dejado una impronta evidente en las placas.
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La tectónica de placas no deja lugar a dudas, no hay lugar para la Atlántida. Por lo cual tenemos que pensar que de ser algo mas que un mito deberíamos buscar la Atlántida entre las tierras ya conocidas, probablemente una isla mediterranea, alguna región europea que fuera mal interpretada en los mapas o traducciones de textos antiguos, otras hipotesis barajan la posibilidad de que se tratara de las Azores e incluso en Suecia. 

Aún así no deja de ser fascinante como durante siglos se ha buscado un continente idílico y existen tal cantidad de textos a lo largo de la historia aportando pruebas de su existencia.

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